sábado, 2 de enero de 2010

De vampiro a vampiro

Nadie pudo romperme el corazón
desde que no lo tengo y este crío,
abandonado al loco desvarío,
salvaje y fiero lobo de algodón,
cogió mi mano cuando un cielo impío
prendió a su madre en blanca cremación
y me pidió, en más de una ocasión,
un beso y un abrazo “para el frío”.

Y como soy de piedra y no me afecta
la frágil consistencia de un enano
por más que con mirada tan perfecta
buscase en mi interior calor en vano,
tomé la decisión más justa y recta
y me estampé en el pecho aquella mano:


¡Endika, mi pequeño, ya lo siento!
he visto en mi pasado tu cochambre,
el trino de tu voz, cuerpo de alambre,
los ojos del cristal que lame el viento;
naciste de un designio fraudulento
e igual que yo serás carne de hambre.

Con la inocencia abrupta que te engaña,
reinventarás la risa perentoria
(lo más cerca que habrás de ver la gloria)
antes que te cercene la guadaña
el tiempo que te da como una araña
llenándote de huecos la memoria.

No habrá a tu alrededor más compañía
que el ruido bullicioso de la gente,
sonidos de cartón que solamente
ahuecan miedo, pena o apatía;
irá pasando el tiempo y, raro el día,
verás un corazón por accidente.

Nunca serás feliz, es improbable;
te van a devorar tres predadores
a cual más sanguinario; tus valores
masticarán el filo de su sable
y llorarás cuando el amor te hable,
y el odio; y el dolor, cuanto más llores.

Despertarás con una bofetada
en un lugar distante y diferente
cuando delante sólo tengas gente,
la masa informe, fría y despiadada,
que te dejó morir no haciendo nada
cuando bastaba un beso solamente.

Y a falta de otro abrazo y de otro beso
será tu risa álgida mañana;
tu voz de trueno, cuerpo de catana,
tos ojos, dos cañones en el yeso,
habitarán  prestado su deceso
y como yo, tendrás hambre inhumana.

Tu blanco languidece con desdén
leonino hasta vestir un gris oscuro;
y el negro que otros tienen por seguro,
tú lo verás, o no, pardo también;
Aún, donde tus ojos no lo ven,
sólo en tus dientes brilla el blanco puro.

Y cuando al fin te crezcan los colmillos
donde un mendigo beso muere quieto
y tengas por abrazo en tu esqueleto
dos alas negras hechas con cuchillos,
verás con ojos ciegos y amarillos
la vacuidad del mundo por completo.

Yo no puedo hacer nada con la espina
que hurga en el destino que te espera;
tu madre es polvo en polvo prisionera
de aquella sombra blanca y asesina;
si acaso, un tibio beso de propina
que no florecerá tu calavera.
.
Pero no pidas tanto de un extraño
soy hambre predadora de lo mismo;
no puedo rescatarte del abismo
en todo caso echarte del rebaño
para evitarte  un poco más de daño
salvándote de mi canibalismo.

Ya márchate y no llores, hijo mío,
que mucho tengo ya con alejarte;
volver a componer de parte a parte
las piedras que rellenen tu vacío
y torturar palabras con el arte
de echar al mar el llanto en sordo río.
En esta noche y sólo por el frío
¡quisiera tanto un beso y abrazarte…!

10 comentarios:

Amelia dijo...

A dentelladas, la vida, es cruel presagio para quién nació teniendo nada... pero a la vida, en algún momento, hasta se la engaña con un abrazo y un beso.


Inconmensurable, como suele ser normal de tu mano.


Un beso, y feliz año.

AMELIA

Gustavo Pertierra dijo...

Me agarras en un momento de sensibilidad exacerbada, no puedo negar que me has hecho correr una lágrima que rapidamente oculte por ese tonto pudo masculino, que más te puedo agregar, para elogiar esta maravilla sin desbordarte, nada... que eres un genio.
Un abrazo, cumpa

Anónimo dijo...

Compañero, Gus, ya siento haberte pillado en un momento débil (pero de eso no me hago responsable :D).

Me alegro de que te guste, si quieres saber más de Endika (Enrique, en Euzkera)tienes abajo, en la videoteca, su romance "Qué gracia" bastante más amable ;)

Un abrazo, compa,

Segis

José Antonio Fernández dijo...

Me alegra volver a leerte.
Me ha gustado al igual que el romance "Que gracia", que vuelto a reescuchar.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Maravilloso!!!! Un cierre de antologia.

Te felicito.

El mejor de mis deseos para ti en este nuevo año.

Anónimo dijo...

Gracias, José Antonio, por tu paso y tu comentario. Me alegro de que te haya gustado (Pero yo, me quedo con el romance ;) ).

Un abrazo,

Segis

Anónimo dijo...

Gracias, Salvadorpliego,

Quizás, un poco excesiva la valoración (pero queda claro que te debías a cortesía :D :D :D).

Gracias por tu paso y los deseos de prosperidad a los que te correspondo. Recibe un abrazo,

Segis

Amelia dijo...

Sabes que son muchas las poesías tuyas que me han dejado boquiabierta, y muchas las que han provocado mi "olé" más grande. Una de ellas, sin duda, aquel maravilloso romance "Qué gracia". Un verdadera delicia que aún ahora, cuando casi me lo sé de memoria (como tantas otras obras tuyas), sigue despertando mi sorpresa y mi más rendida admiración

Sigues siendo el mejor.

Un beso enorme

AMELIA

Argelia Pérez Ruiz dijo...

Felicidades amigo, te he extrañado mucho, pero atreviéndome a respetar tu silencio, por favor acepta un gran abrazo de quién de aprecia y agradece.

Manu dijo...

Qué vuelva Segis, por favor!!