viernes, 11 de febrero de 2011

NUEVA ETAPA

Este espacio, en su día, fue concebido como soporte auxiliar de unas tertulias literarias multiconferencia que habíamos organizado entre Segis y yo misma. Los participantes en aquellas tenían, en este blog, un punto de encuentro donde compartir no sólo los temas tratados en las mismas, sino también sus propias composiciones literarias.

Pero como todo lo que empieza, termina alguna vez, el ciclo de tertulias se dió por finalizado hace algún tiempo. Segis, motor del mismo, por motivos que no vienen al caso, hubo de dejar la tutela de las tertulias, y sin su concierto, era imposibles mantenerlas (él nos daba todo el apoyo informático, además de compartir todo su buen hacer literario y sus muchos conocimientos de teoría, sobre todo, poética). Toda vez que era el alma de esta aventura, su falta nos dejó un poco huérfanos. Hemos mantenido el blog, aún así, operativo, aunque, reconozco en ello mi culpa, algo desatendido. Gracias sobre todo a nuestro compañero Gustavo Pertierra, el blog aún tiene algo de vida. Espero que entre algunos de los que hemos participado en él podamos "reflotarlo", aunque ahora, sin la finalidad inicial de apoyo a las tertulias. Como miembro fundador, junto con Segis, de este "Para que lo sepas", y en su ausencia definitiva del blog, creo que es un poco mi deber intentar que esto siga en pie.

Me voy a permitir, poco a poco, reordenar toda la información que figura en el blog, para actualizarlo a las necesidades que vayan surgiendo de esta nueva etapa, por lo que os pido comprensión si, en este quehacer, borro inoportunamente algún post de vuestro interés o, por el contrario, obvio eliminar alguna información que ya no tiene cabida en él.


Todos aquellos participantes que, en alguna ocasión, han pasado por este espacio común están invitados a seguir en él. La literatura sigue siendo el nexo de unión de cuantos participamos en este blog. Cuento con vuestra ayuda, vuestra participación y, sobre todo, vuestra paciencia con mis errores


Mi especial agradecimiento a Gustavo Pertierra y a José Antonio. Por ellos, y por los que aún os acercáis hasta aquí, buscaré tiempo para atender esta casa que pide a gritos que alguien más ayude a limpiar las telarañas.


Amelia


PD. Por carecer de otro interés que no sea el informativo, este post lo retiraré en un par de días, para no entorpecer el normal uso de este espacio. Muchas gracias a todos.

viernes, 4 de febrero de 2011

Nostalgias de barrio


Barrio reo y bien porteño
que me diste de purrete
la pasión por la talope,
la bolita, el barrilete...

Los recuerdos en comparsa,
van cruzando la cucusa
y te bato sin excusa
con mi bobo acongojado,
recordando aquel pasado
de milonga rantifusa.

Un gomía era un fratelo
al que nadie embalurdaba,
y si por una batida
al pobre lo engayolaban,
le hacíamos todos la guardia
hasta que al fin lo largaban.

En tus esquinas mistongas
donde arrastre mis fanguyos,
quedaron viejos chamullos
de interminables beguines,
e incontables meteduras
con aquellas papirusas
entre tangos y violines.

Solo quedan los recuerdos
un poco descangayados,
por esos tiempos pasados
en el barrio mancarrón,
que se aferra a mi memoria
y me pianta un lagrimón.

Aclaraciones

Purrete : chico
Talope : pelota al reves en sílabas, futbol
Cucusa : cabeza
Bato: te digo
Bobo: corazón
Rantifusa : pobre
Gomía : amigo al revés en sílabas
Fratelo : hermano en italiano o tano, como se les decia a estos
Embalurdaba: causaba problemas o metía en líos
Batida : alcahuetería
Engayolaban : metían preso
Hacer la guardia: esperarlo, bancarlos, hacerle el aguante(se diría hoy)
Mistonga: pobre
Fanguyos : zapatos
Chamullo : conversación
Beguines : caprichos
Meteduras : enamoramientos
Papirusas : mujeres
Descangayados : desarmados, destartalados
Mancarrón: achacoso , viejo
Piantar : escapar

jueves, 27 de enero de 2011

La noche en la isla


"La noche en la isla" poema del genial Pablo Neruda, de su libro "Los versos del Capitán", en la magnífica voz del actor y locutor argentino, ya fallecido, Edgardo Suarez; en memoria de Pablo y de Edgardo, y esperando que lo disfruten, les dejo el recitado:





(Pueden ver el vídeo anterior, también, en la videoteca que figura al pie del blog, junto con otros varios recitados que componen el historial de vídeos mostrados a lo largo de la vida de este espacio multiautor)


Nota: mi modesta colaboración en esto, ha sido el montaje de las imágenes que acompañan el recitado

martes, 18 de enero de 2011

Pararía el tiempo




El tiempo pararía si pudiese
para que no te alejes de mi sueño,
para ser de tu boca único dueño
y que tu aliento terco me atraviese.

En ti me quedaría, aunque muriese,
bajo la mueca ruda de tu seño
y el hábito tenaz de tu desdeño
aunque su diente frío me mordiese.

Pero el tiempo no para ni aminora,
el tiempo se deshace como el hielo
en los minutos graves de esta hora,

dejando las migajas del consuelo,
de haber tenido yo la abrasadora,
pasión irreducible de tu pelo.

miércoles, 14 de abril de 2010

El Payaso


¿Te han dicho que tu oficio es la tristeza?
porque la pena brota de tu cara,
dejando a la alegría como avara
o el acto proverbial de una proeza.

Tal vez en esos ojos de cereza
conviva algún secreto que se ampara,
en la mueca piadosa que declara
la insigne majestad de tu pureza.

A puro tropezón y manotazos
vas ganando el jornal con tu ironía,
dejando entre los labios los chispazos

de un llanto que se vuelve algarabía,
bajo una lona vieja y en retazos
de un circo, que se roba tu alegría.

domingo, 14 de febrero de 2010

El traidor ( "a la salud del vicepresidente argentino" )


Ha ensuciado sus pocos pergaminos
con la huella macabra de sus pasos,
rompiendo la nobleza en mil pedazos
con sus gestos banales y mezquinos.

Valiéndose de actos interinos
propina sus traidores coletazos,
y se aferra al poder con sus dos brazos
este hombre de los hábitos cetrinos.

Mercader de su afecto intoxicado
desnuda su egoísmo inclaudicable,
que lo sigue fielmente a su costado

con el fino modal de un tipo amable,
que presume de ético y honrado
bajo la piel del ser más deleznable.

jueves, 21 de enero de 2010

El Desacato



Me lo hiciste saber con tu zapato
que en silencio acercaba su estocada,
al tiempo que el fulgor de tu mirada
me traía la duda de un novato

y el rojo manifiesto de arrebato
en el rostro que exhibe la llegada
de esta historia que surge de la nada
en la mesa del bar "El Desacato",

que como tal induce a la ruptura
de los lazos que atan al pasado,
a causa de la súbita locura

de un zapato vivaz y desbocado
que deja al corazón en desmesura,
y envuelto en los sabores del pecado.

martes, 12 de enero de 2010

Caricias sediciosas



En el bravo acantilado de tus senos
desbarrancan mis caricias sediciosas
hambrientas de palpar y avariciosas,
prisioneras en el mar de los excesos
solo dejan su labor cuando mis labios,
depositan en tu cuerpo ardientes besos.

Recorro cada curva que me ofreces
y me quedo reposando en tu cintura,
donde jadea con súbita locura,
mi voz, en la frontera del deceso
no queda ni el más ínfimo resabio
de los puntos carnales que atravieso,
donde muere el ardor de mi deseo,
consumado, frenético y poseso.

sábado, 9 de enero de 2010

Despedida



Limpio con mi mano la ventana,
condensada de respiración y penas
para ver tus pasos, tu andar,
como se alejan...
te vas con la lluvia,
en una noche fría y destemplada.

Calles abajo te marchas,
sin una despedida...

Te miro desolado, tras el cristal
que de nuevo se empaña...
te llevas el calor de la leña
y el aroma del café que no tomaste.

Cuanto te quise, pero solo hasta hoy.

Calles abajo te marchas
sin una despedida…

Otros brazos cobijaran tu cuerpo
que alguna vez fue mío
otras labios sellaran tu boca
con nuevas pasiones
pero nunca tan plenas como las mías

Calles abajo te marchas
sin una despedida...

Mientras...
desolado miro la ventana
que se ha vuelto a empañar
con las últimas lágrimas
que ya no te pertenecen...
que tampoco me consuelan...

Calles abajo te marchas
sin una despedida...


jueves, 7 de enero de 2010

RENACIMIENTO por KENZABURO OÉ


La tragedia aumenta con virulencia y termina súbitamente. Entonces, la jefa de la tribu, Iyoraja, se dirige a las mujeres del mercado, que entonan una elegía sin dejar de mover sus cuerpos: “Olvidémonos de los que ya han muerto, incluso de los vivos. Que vuestro corazón esté solamente con aquellos que todavía no han nacido”
La muerte y el caballero del Rey. Wole Soyinka


He de advertir que con este autor no soy objetivo. Desconozco el motivo, pero siento una corriente de simpatía hacia él. Cuando uno mira las fotos que del autor se publican en sus libros, observa a un hombre maduro, entrado en años, con gafas redondas, gesto circunspecto y ojos rasgados, como buen nipón. Pero sobre todo desprende melancolía, la misma que destilan sus obras. Alejado de la estampa marcial de un Toshiro Mifune, que estoy seguro podría haber protagonizado alguna de sus obras, tan alejadas del estereotipo del hombre duro.


Llegó a mis manos un tanto fortuitamente este libro. Alejado últimamente de la visión de las novedades literarias, andaba buscando distraídamente un libro que regalarme por estas fechas, valga como vulgar excusa para darme al frenético vicio de la lectura, cuando de una estantería situada varias cabezas sobre mi, cayó, literalmente en mis manos (en realidad fue a mi pie derecho, pero queda menos glamuroso) este libro, que es la última publicación en castellano del autor. Y claro, ante esta señal inequívoca de que el libro quería venirse conmigo, no iba a ser yo quien lo decepcionara y menos tratándose de Oé.


El libro comienza cuando Goro, un famoso director de cine japonés, se suicida, llevando la zozobra a su cuñado y amigo, Kogito Choko, alter ego del propio Kenzaburo Oé. Han tenido una extraña forma de comunicarse durante toda su vida, se han comunicado a través de una cintas de radiocasete que Goro le ha ido enviado periódicamente, que Kogito escucha en un aparato anticuado que una vez le regalo su cuñado y al que puso el curioso sobrenombre de tagame, una especie de insecto que solía cazar Kogito cuando era niño. En la ultima cinta que recibe se escucha una frase extraña <>, tras lo cual se oye un ruido y se produce el silencio.


Devastado y desorientado decide acudir a Berlín, en donde Goro se ha suicidado, embarcándose en una búsqueda, no ya de la causa de su muerte, sino centrándose en una exploración interior, que empieza con la busca de una enigmática Mädchen für alles (traducido en el libro como persona para todo), desconocida joven con la que tuvo una postrera aventura sexual o la certidumbre que finalmente le acecha sobre si el suicidio no ha sido tal, sino una venganza de la yakuza, la mafia japonesa, de la que el finado había hecho burla en una de sus obras.


A partir de aquí rememora la relación que ha tenido con Goro, una amistad que hunde sus raíces en las postrimerías de la adolescencia, mezclada con los recuerdos de juventud de las actividades paramilitares de su padre poco después de la segunda guerra mundial, recuerdo que se presenta dolorosamente al cabo de unos años, o el ataque por parte de unos desconocidos al propio Kogito, en donde dos veces le rompen un dedo del pie lanzándole una bala de cañón, la extrañeza y perplejidad que le producen, llegando a simular un ataque de gota, para disimular el dolor. Comienza aparentando una novela de intriga, acaba convirtiéndose en una síntesis de la búsqueda del yo, de un viaje interior a un mundo que parece que esta hecho trizas, de la esperanza futura en un renacer.


La novela está remotamente basada en un hecho real: el suicido del cineasta japonés Juzo Itami, cuñado del propio Kenzaburo Oé, en la cual se intuyo la mano de la temida yakuza. Ficcionando su realidad desde un punto de vista crítico, existencialista, nostálgico y pesimista característico de todas sus obras, profundamente impregnadas de literatura europea, la cual estudio en su época universitaria y en la que sigue, en la actualidad, profundizando su estudio. En esta obra se presentan vivamente citados Rimbaud, Rabelais o Kafka, como en otras obras se estructuran a la manera del infierno de Dante y la admiración por Malcom Lowry (Cartas a los años de nostalgia) o su devoción frecuentemente manifestada por Cervantes u Ortega y Gasset.


Pero, como en todas las obras de Oé, uno tiene una extraña sensación de déjà vu, pues tiene la impresión de que, aunque no toda, parte de lo que se lee ya ha sido narrado por el autor. Sobre todo la sempiterna presencia de su hijo Hikari, en la novela designado como Akari, nacido con hidrocefalia y condenado a una minusvalía que lo ha llevado al autismo. En todas sus obras posteriores al nacimiento de su hijo, parte del argumento pivota alrededor de un personaje minusválido, nacido con un bulto en la cabeza, pesadilla existencial y, a la vez, bálsamo sobre el que descansa su obra. Un punto de inflexión entre el dolor y el afán de superación. No obstante, a pesar de su deficiencia, Hikari, es compositor e interprete de música clásica, de cierta fama en su país.


El miedo al resurgir del nacionalismo militarista en Japón (abomina de los nacionalismos), que lo han llevado a ser tachado en su país de extremadamente izquierdista. Aunque curiosamente en su juventud fue amigo de Yukio Mishima, contrapunto ideológico, que propugnaba un retorno a los valores del Japón Imperial, cuestión que le llevo al suicidio ritual, después del ridículo de su intento de sublevación por parte del ejército japonés.


O sus constantes referencias hacia su aldea natal, a cuyo universo fabular suele acudir con frecuencia (M/T py la hsitoria de las maravillas del bosque)


Obra compleja como la mayoría de sus novelas, de lo cual el autor, amigo de chascarrillos y acida autocritica, siempre deja clara su postura:


"lo he escrito y lo reafirmo, algunos han dicho que la música de mi hijo les ayudaba a dormirse, yo en cambio les he asegurado que resultará más eficaz una novela mía"


El autor, nacido en 1935, premio Nobel de 1994, está considerado como portavoz de su generación, la nacida o criada después de las bombas de Hiroshima y Nagasaki, y, sino el mejor, de los mejores escritores japoneses de la postguerra. Fue profesor en el colegio de Méjico en la década de los 70, lo que le sirvió para comprender, si se habla despacio, según sus palabras, el castellano. Declarado admirador de Vargas Llosa, al cual considera que ya es justo que le concedan el Nobel de una vez.


Blanco de las críticas de los partidos ultraconservadores de su país, aboga por una democracia participativa, que rompa definitivamente con el secular (antes de la segunda guerra mundial) expansionismo y militarismos nipón. Ante lo cual se siente bastante pesimista. Poco antes de la concesión del Nobel llego ha afirmar que Japón era moralmente un país del Tercer Mundo. No debes ser bien recibido en el santuario sintoísta de Yasukuni, símbolo del ultranacionalismo de su país. Curiosamente él desciende una antigua familia de samuráis.


También ha sido acusado de ser un escritor poco japonés, que sus obras se alejan del estilo de Mishima o Kawabata, que ha “occidentalizado el japonés”, con frases largas, complejas y adjetivadas en grado sumo. El mismo ha definido su estilo como realismo grotesco.


Entre sus obras podemos destacar, El grito silencioso, sublime, para mi la mejor de las que le he leído, Cartas a los años de nostalgia, Una cuestión personal, Dinos cómo sobrevivir a nuestra locura o Arrancad las semillas, fusilad a los niños.