martes, 10 de noviembre de 2009

El viaje



Partió aquella mañana con la idea
de encontrar el cobijo de unos brazos,
que ampare al corazón hecho retazos
por la vida que es ciega y que golpea

y se vuelve intratable por la fea
manera en que amedrenta con fracasos
los días de penurias y de ocasos,
que se lleva y devuelve la marea.

Al cabo de su largo y duro viaje
percibió que su paso era pesado
por el fango , la lluvia y el descuaje

del ánimo, aterido y ya cansado,
por no encontrar siquiera en el paisaje
un viento sepulcral a su pasado.

5 comentarios:

José Antonio Fernández dijo...

Un viaje triste nos llevas con tu poema, pero ha valido la pena realizarlo.

Gustavo Pertierra dijo...

Amigo José, agradezco la delicadeza de tu lectura y lamento que la tristeza haya sido en este caso la protagonista, es que la vida, de ves en cuando, nos proporciona esos días y en otros como dice el Nano Serrat "toma conmigo café".
Un cordial abrazo, compañero

Birmania Perez Ruiz dijo...

Gustavo, un verdadero placer leer tu soneto, Birmania.

Gustavo Pertierra dijo...

Gracias Birmania, es reconfortante saber que alguien te está leyendo y que se toma la molestia de dejar su apreciación
Un cordial y amigable saludo

Amelia dijo...

Precioso, realmente precioso, tu soneto.

En la vida emprendemos ese viaje esperanzado, intentando pensar que es posible -y me perdone Machado por el uso que hago de sus versos- que mañana nos de lo que no nos dió ayer.

Lo terrible es cuando damos la razón al poeta, y vamos comprendiendo que no hemos de esperar nada distinto, que la vida es un ciclo permanente, y nada que no haya sido, podrá ser.

En el camino se pierden, demasiadas veces las esperanzas y, a veces, sin saber incluso la causa, perdemos también el recuerdo de lo que fue.

Difícil camino, sin duda, enfangado en lluvias y en lágrimas. Y pesa tanto la maleta, cargada de fracasos y de ausencias.

Un soneto triste, sin duda, pero de muy bella factura.

Un beso

PSIQUE