jueves, 1 de octubre de 2009

De vicios y máscaras

Todos y cada uno tenemos vicios, grandes o pequeños; algunos vicios son buenos, otros muchos no tanto. Algunos pocos, son de los peores. Calificarlos en cada rubro, depende –como reza el dicho popular- del cristal a través del cual se miran.
Beber alcohol, por ejemplo: hay infinidad de gente que lo bebe. Una copa de vino bien servida en el momento oportuno, una cerveza bien helada (muerta) cuando la sed es insoportable, un tequila ya sea sólo o con limón y sal cuando el cuerpo necesita reaccionar ante un frío intenso, ¿son realmente malos?...¿Llevar a cabo estas acciones una vez, diariamente, sería realmente malo? ¿Ello me convertiría en un vicioso? ¿O es el abuso que hacemos de cada situación la que no está bien? Incluso si decido abusar y bebo demasiado vino, cerveza o tequila, ¿está mal?...Si yo decido lo que puede ser bueno o malo para mi organismo y considero que el abuso es bueno porque así lo decidí, entonces es bueno?
Para mi buena o mala fortuna, no fumo ni bebo alcohol. Ambas cosas las he probado, pero no sufro ni me derrito por ellas. Esto no significa que al no consumirlas esté en lo correcto.
Hoy ante tanta contaminación y la atención que a nivel mundial se le está dando al cuidado ambiental, tenemos ya muchos lugares libres de humo de tabaco. La empresa para la que trabajo elabora cerveza, la vende y la distribuye en muchos países del mundo; sin embargo dentro de la empresa está prohibido fumar y romper esta regla podría significar perder el empleo; incluso ella, ha obtenido diplomas como industria limpia y ambientalmente responsable. Entonces producir bebidas alcohólicas no significa que sea malo. Otra vez es lo que yo decido hacer ante una bebida generosa. Soy sincero, no me gustan los borrachos ni lidiar con ellos, en tal estado pueden ser tan necios que ser ecuánime representa un verdadero sacrificio.
Hablar sobre el consumo de drogas es un tema tan trillado, espinoso y difícil, que por donde quiera que se le quiera tomar, sale uno raspado. La literatura sobre el tema es inagotable e infinidad de libros serios sobre la materia o novelados, nos muestran lo que estas sustancias pueden lograr o malograr. Recuerdo un par de títulos: Pregúntale a Alicia y Nadie sale vivo de aquí. Y en la música de rock hay ejemplos para dar y prestar: Jimi Hendrix, Jim Morrison, Janis Joplin. Elijo estos tres nombres porque crecí escuchando su música y toda ella me parece de gran calidad, aunque sea música de hace casi 40 años. Ellos consumían drogas. ¿Eso fue malo para ellos?¿Habrían sido igual de brillantes si no la hubieran consumido?
Todos tenemos ciertos vicios y nuestras pequeñas perversiones. Hablar de mis vicios, implica decir lo emocionante que es entrar a una librería o a una tienda de discos y buscar sin importar el tiempo un libro o un disco anhelosamente buscado desde hace tiempo. En ambos he tenido varias satisfacciones. Cuando me encontré La Pimpinela Escarlata de la Baronesa d´Orczy, así nomás sobre un anaquel en la sección de libros de una sucursal de lo que ahora es Soriana, me temblaban las manos al tomarlo y ya no lo solté para nada. ¿La razón?...Que teniendo apenas 15 años, me lo había prestado mi amigo Alfonso y nunca pude leer más de un par de capítulos sin terminar el resto. ¿Y en los discos?...¿Qué tal encontrarse en una tienda, nuevo y con su celofán y sello de seguridad El hombre de la Mancha, interpretado por Nati Mistral, Claudio Brook y Óscar Pulido?
De nuestras perversiones hablé de pequeñas; pero esto depende de cómo las consideremos cada uno. Voy a comentar 2 de las mías: Todas las mañanas al levantarme, me pongo la máscara diaria; me digo que todo está bien, que no me hace falta nada, que soy perfecto e inteligente, que si soy optimista todo va a salir perfectamente. Soy perverso en esto, porque conforme pasa el día y las cosas no salen como lo había planeado y voy sufriendo pequeños fracasos cotidianos, la máscara se me va cayendo a pedacitos. Hablo de pagar la luz, el agua o el teléfono; que el jefe en el trabajo te ha regañado por algo de lo que tú no eras responsable; de que te acercas a tu mujer, te entran unas ganas inmensas de hacerle el amor, pero en ese momento ella está cansada porque el día entero ha lidiado con la casa, la comida o los hijos. Existe la perversión, porque al siguiente día me voy a poner la máscara igual que el anterior, me daré ánimos diciendo que todo está bien y el final del día será similar a todos los demás. He hablado de la máscara de diario, pero también las hay para fiestas, la de los domingos, para los sepelios, la del trabajo...
La segunda perversión es más simple: desde hace algún tiempo tengo la convicción de que puedo escribir o narrar bien. Esto también es perverso, porque escribo y trato de que muchos me lean, sin importarme que les guste o no lo que escribo. Porque no voy a dejar de escribir, aunque lo haga mal. Seguiré escribiendo.
Otras de mis pequeñas perversiones se van a quedar guardadas. Algunas son más complejas. La máscara de todos los días, me ayuda a sobrellevarlas.

5 comentarios:

El peso de lo liviano dijo...

Estimado maparo55, nuestros caminos se han tornado convergentes, últimamente no tanto, pero ¡Qué coño! me gusta encontrarte allá dónde vaya.
Considero que el vicioso (así por naturaleza) no existe, sino más bien alguien, que teniendo problemas, no ha encontrado como solución nada más que el refugio en "vicios" que le hagan olvidar. Por lo demás, y sabiendo que incluso esto que digo puede dar lugar a multitud de desencuentros, estoy de acuerdo contigo. Sobre mis perversiones; mejor me callo, tengo tantas que sería injusto enumerar un par de ellas sin que se sintieran molestas las demás. (jajaja)
Lo dicho, un placer reencontrarme contigo.

Amelia dijo...

Maparo, entiendo que en tu país aún no han empezado la caza de brujas que hay en España, donde fumar casi se ha convertido en delito, y el fumador en delincuente (con una norma restrictiva al máximo, en la que los espacios públicos no admiten humos...) Soy exfumadora -la friolera de 21 años sin fumar- y aún así, me declaro, hoy por hoy, y tal como está el patio, defensora de los derechos de la otra mitad de mis conciudadanos: los perversos fumadores (perseguidos ya casi de forma ignominiosa)

En cuanto a lo de las perversiones... ¡Qué narices!, si uno no dice un taco de vez en cuando, le pasa lo que a la Fulgencia, que era tan buena, tan buena, tan buena, que cuando se murió y ascendió al cielo, iba tan ligera, tanto, que se lo pasaba de largo. San Pedro, advertido, e intentando parar a aquel ángel desbocado de pureza para que pudiera recalar en la morada celestial, le gritó: "Fulgencia, di ¡coño!, que te pasas"...

Pues eso, una perversión a tiempo significa tener la llave del cielo (¿o no?).

En cuanto a tu pequeña maldad, esa de escribir, por favor, no la dejes. Sería una pena. Y cuando ascendieras al cielo, por cierto, te pasarías de largo, :D :D :D

Un beso y bienvenido a este espacio

PSIQUE

CharlyChip dijo...

Alguno de tus vicios resulta evidentemente grato maparo55, dejo a a quienes se consideren autoridades en cuestión de moral judgar su bondad jajajajja, yo los disfrutaría igualmente.

No seré yo quien te diga que escribir es mala idea, pero opinaré en cada momento sobre lo que escribas. Esta ha sido una grata lectura.

Un cordial saludo compañero de redacción

CharlyChip dijo...

Psique, me ha hecho reir un buen rato el chiste de Fulgencia jajajajja

Un abrazo

Anónimo dijo...

Compañero, Maparo,

De gran complejidad propones una reflexión que se presta a juicio donde el objeto de criterio es exclusivo de la más inaccesible introspección.

Los vicios, las perversiones, las inmoralidades inconfesables... lo son en tanto se interpretan y viven de esa manera. Y aún así, sólo lo son cuando se exponen a la fiscalidad del público.

La última de tus mascaradas (la primera es vana por abundante y cotidiana), es la que más me gusta ¿Seré un fetichista? :D :D :D

Pretender que te lean aunque no les guste, es una aspiración que sólo alcanzará a la primera vez y sucesivas comprometidas en tratos de intercambio (No me creo mucho que sea esa la pretensión de que nos hablas). Tratar de escribir, seguir un reto de crecimeinto personal y materializarlo... puedes vivirlo como quieras pero yo no lo interpretaría como un vicio o como un enmascaramiento subrepticio.

Aunque no sabría definir con precisión qué cosa es vicio, te aseguro que me preocupa bastante poco dado que la perversidad del mismo sólo existe en la opinión inquisidora del metomentodo de turno. Mientras no hayan víctimas (uno mismo o terceros), toda actuación "viciosa" es absolutamente respetable y legímita, y lo más importante; satisfactoria, de lo cointrario no se haría.

Recibe un abrazo,

Segis